¡HOY POR TI, MAÑANA POR MÍ!

Maribel amaba estar con su familia, ella era una persona que lo daba todo por ellos, cuando algún familiar estaba en problemas ella estaba ahí para ayudarlo. Sus amigos también la buscaban para que les ayude con los trabajos de la universidad, pues ella era muy aplicada y siempre tuvo ese sentimiento de ayuda, siempre pensó en los demás, nunca pensó en ella misma, se sentía bien porque estaba ayudando, siendo solidaria, pero también se sentía vacía, sentía que ella estaba para todos, pero nadie para ella. Ella solo quería que sus familiares y amigos la escuchen, que también la ayuden a superar sus propios problemas y que sobretodo la comprendan.



Una noche, Maribel regresaba de sus clases de inglés, cuando de repente no vio bien la calle, cruzó y una camioneta la embistió de tal manera que, tendida en la pista, quedo inconsciente, fue auxiliada por las personas quienes de inmediato llamaron a la ambulancia, para que sea trasladada de emergencia. Sus familiares llegaron al hospital, no podían creer lo que le estaba pasando a Maribel, los doctores no decían nada cuando preguntaban por ella, las enfermeras decían que en su momento les informarían; cuando el medico salió a dar el estado de Maribel, no estaba muy convencido y dijo que esta necesitaba la donación de un riñón para poder sobrevivir, ya que el impacto que sufrió daño a sus riñones dejándolos inservibles.



Como no se contaba con un donante fallecido, los familiares se hicieron los análisis de compatibilidad, ninguno salió apto para la operación, a esto se sumaba que los demás no querían perder un riñón, los familiares buscaron a los amigos de Maribel, pidiéndoles que se compadezcan de ella y le donen el riñón que tanto necesita, unos cuantos fueron a hacerse el análisis de compatibilidad, otros no le tomaron importancia y otros que hicieron una campaña en la universidad para buscar a la persona que quería donar un riñón y salvar una vida, no podían donar pero podían apoyar de otra manera.



Los días pasaron y se consiguió a una persona compatible, la cual fue apta para donar, la operación fue programada y solo quedaba esperar a que todo salga bien. La operación fue un éxito y Maribel reaccionó horas después, se sentía plena y feliz al saber que tantas personas se preocuparon por ella, sabia con quién contar y con quién no. Ella lleno con la atención y el cariño, ese vacío que tanta incertidumbre le causaba y comprendió que la ayuda es recíproca.



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